Onda encantada CAMINANTE DEL CIELO ROJO



LA ONDA ENCANTADA DEL CAMINANTE DEL CIELO ROJO




Al ser éste el año de la Semilla Auto Existente Amarilla, es un año para reverdecer nuestras vidas, es que podemos aprovechar la energías para descubrir un anhelo que yace oculto y que no es sólo un anhelo, sino que es una semilla propia, que en su esencia, sólo espera el momento de encontrar su oportunidad. Para quienes no saben qué podría ser o dónde o cuándo, es necesario estar atentos, atentas, pero muy atentos, sumamente atentas, la rutina de la vida cotidiana hace que perdamos la atención, hace que vayamos por las calles, bajo el cielo, y no haya cielo, sólo la calle aplastada contra el suelo, escondiendo incluso la tierra, entonces hace mucho más falta estar atentos, es que a veces los ojos se han vuelto para adentro y nos vemos eternamente, con una imagen repetida, aburrida, desgastada, la cabeza va incrustada entre los hombros y las orejas van tapiadas de audífonos y otros cables y las manos enguantadas o amarradas al final de los bolsillos, a veces solo el aire trae algún aroma antiguo o nuevo que remece la conciencia, como si fuera una leve vibración centrífuga sobre la superficie plana de la vida que llevamos, a veces un sonido hace que levantemos la mirada dos segundos y al hallarse con los mismos muros, vuelva a hundirse, entonces hace falta este Caminante del Cielo que viene a animarnos en estos trece días, porque puede levantar una ventolera gigante que arremoline el polvo, las ideas y las sombras, y podremos verlo, darnos cuenta, esta eterna vigilancia del Caminante Del Cielo significa esa mirada expectante, inquieta, esa mirada de los niños, esa mirada amplia, que se traga los acontecimientos sin seleccionarlos, sin clasificarlos en un insectario empolvado, sin comprobarlos con explicaciones bibliográficas, esa mirada de niño que se nos clava inocente, que no posee dominio, que no posee secretos, y que de pronto se marcha sin despedirse siquiera, de esa mirada este tiempo, de esa mirada que ve lo que después, al crecer ya no volvemos a ver, pero ese no poder volver a ver es una creencia más que nos sobra, se puede devolver la mirada a la sorpresa constante, al otra vez maravillarse, y en estos días del cielo, hace falta recuperarla, hace falta liberarla. La acción del Caminante del Cielo es explorar, eso significa abrirse, dejar toda atadura que pueda limitar la exploración y ciertamente las hay, hay veces en que no nos atrevemos a entrar en algo nuevo por el temor de lo nuevo, porque alguien lo ha negado, porque algo lo puso en la lista negra, porque antiguas creencias lo han limitado a unos pocos, porque puede ser pecado, porque no está entre las razonables elucubraciones, porque la religión imperante lo excluye, porque la ceguera le priva la existencia, porque la bulla circundante atrofia los sentidos, porque no nos quedan más ojos que para algo tan miserablemente específico, tantas y tantas cosas, porque se contradice con esto o no se condice con eso, porque está en contra de ella o porque es una parte de él y a él no lo quiero en mi vida, porque es muy poco o demasiado, porque es azul y no verde, porque no lo dijo el maestro, porque lo dijo antes, son enormes la formas que hacen que hayan espacios del mundo a los que no se puede ingresar o acercarse o mirar o pensar en quererlo. Parece demás esta parte, pero no lo es, con más o con menos, todos llevamos un límite que cierra una puerta y para acceder a las oportunidades, hay que abrirse a todo, un Caminante del Cielo está llamado a esta acción y es su misión en la vida, para consigo primero y para con los demás después.Vamos entonces a abrir las ventanas, a sacarnos todo lo que nos limita cualquier parte de la vida, y no se trata de involucrarse en todo, o en algo que pueda atraparnos, se trata de lo contrario, se trata de des-atraparse, se trata de deshacerse de todo lo que signifique cadenas, amarras o vendas, un Caminante del Cielo es del cielo y el cielo es el espacio completo, no es un cajón con medidas, no es un decálogo escrito, no es una lista de valores de fierro o dibujados con flores, ni menos una fuente de virtudes de esponja que esta puesta lejos de un canasto de mohosos conceptos amargos, el cielo no es de color cielo, el cielo no es un camino marcado con vallas ni menos con puertas, ni es menos que el cielo, el cielo es inmenso, infinito, tanto que no existe y existe al mismo tiempo, y si queremos aprovechar este tiempo que viene, es la oportunidad de abrirse a ese cielo y aprovechar todo lo que existe y lo que no existe y lo que es de veras y lo que no lo es, ya no es este el tiempo de que sólo nos sirva un único sendero, es un tiempo de senderos paralelos, infinitos, y quizás ni paralelos, entrecruzados convergentes, divergentes y todos posibles, es el holismo que se abre como un arco iris, es todo y todo junto al tiro, ya no es la salud un camino único, son todos los caminos, ya no es la felicidad una dimensión cuadrada, es todas las dimensiones y en todas sus formas. Dejemos entonces que esta energía que nutre, del Caminante del Cielo Rojo, nos abra las puertas de las jaulas que todavía nos queden y que veamos en todo la fértil pradera, la laguna blanca, la nube o la fogata en que nuestra semilla se abra, florezca y nos dé la parte de la integridad que todavía nos falta.




Asi lo explica bellamente el DRAGON RESONANTE ROJO. ( Juan Carlos Gomez Gomez) Gracias

No hay comentarios: